CARLOS ALBERTO PREVOSTI- Reside en San Francisco. Profesional jubilado, obtuvo varios Premios en el genero cuento con “Las omisiones de Livia”,“Los límites de la ternura”, “Infidelidad” y participó en Antologías de SADE seccional San Francisco con Zonas Vedadas” Y Antología Regional de la Dir. Gral Cultura de Villa María con “A la hora de la siesta”.
Esos grillos moliendo
su rítmico reclamo
eran en sí la noche,
como también lo era
la espectral e intangible
campánula, que untaba
su sexual oferencia
(vulgarmente dulzona)
desde el cerco sombrío.
El farol vacilante
amarillo y agónico,
inventaba borrosas
sombras alucinadas,
y en lejanos ladridos
que eran apenas ecos
de un horizonte ajeno,
el misterio aleteaba
su brisa de alfalfares.
Esa araña hechicera
que enhebraba las horas
teje el tiempo, en su trama
aprisiona nostalgias
de lo que fue. O acaso
sólo creo que fuera.
Que importa, si no existe
frontera que separe
recuerdos de quimeras…